domingo, 5 de julio de 2015

Despatriarcalización: es posible?



Cuando nuestro territorio fue colonizado, este proceso trajo consigo una penetración ideológica basada en una estructura de poder y de dominación, donde el señor dominaba al indio y el hombre a la mujer. Dicha dominación y nueva jerarquía hombre-mujer ha sido asimilada de tal manera por la población que el patriarcado producto de la misma es básicamente parte de la realidad social de Bolivia. A pocos les sorprende, simplemente es.
En los últimos años se habla en el país de un proceso de despatriarcalización a modo de reivindicar y promover  la igualdad entre hombres y mujeres y dejar la idea de dominación en el pasado.

Sin embargo, ¿es posible despatriarcalizar una sociedad? ¿Qué se debe hacer para conseguirlo?

El patriarcado es “una forma de organización política, económica, religiosa y social basada en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la que se da el predominio del hombre sobre las mujeres; del marido sobre la esposa; del padre sobre la madre y los hijos” (Ibernagaray, J., 2012). Es un principio que se basa en que el hombre, por ser hombre junta las condiciones “naturales” que se requieren para asumir el mando sobre los demás, en concreto, sobre las mujeres. Es así que se da una relación de poder donde el hombre manda y la mujer, subordinada, obedece.
Es interesante notar que se trata de un fenómeno con gran capacidad de maleabilidad y adaptación como menciona Ibernagaray: “En cada época y en cada lugar donde se establece adquiere las formas y condiciones que la sociedad permiten y se expresa en los múltiples sistemas y estructuras  que constituyen una formación social dada, en las relaciones económicas y sociales, en los sistemas jurídicos, ideológicos y políticos que la sustentan, en las reglas no escritas de la convivencia humana, en las estructuras que la expresan”. (Ibernagaray, J., 2012) Es decir, no podemos -como sociedad- lavarnos las manos y cómodamente acusar al colonialismo de habernos traído e inculcado por fuerza esta manera de entender las relaciones entre hombres y mujeres. El patriarcalismo llegó y fue capaz de florecer porque nuestra sociedad le hizo espacio, le abrió las puertas y progresivamente tomó como propia esta estructura de poder que atraviesa fronteras sociales, históricas, territoriales y hasta simbólicas.



Ahora bien, ¿podemos hablar de despatriarcalización de una sociedad? Cuando hablamos de “despatriarcalizar” hacemos referencia a deshacer algo. A eliminarlo, como si se tratara de una realidad reversible y que sólo hiciera falta promulgar alguna ley que dijera que el patriarcado ya no existe en Bolivia para que desapareciera. Sin embargo, se trata de un proceso tan profundamente arraigado en nuestra conciencia social que querer borrarlo mágicamente parece ingenuo. Lo que si se puede hacer es sacar el concepto del inconsciente social y plasmarlo en la conciencia de todos. A través de la educación, el primer paso será siempre el de la realización y aceptación de la realidad. Una vez conscientes a nivel nacional de cómo actuamos y de la inexistencia de bases reales para seguir con este tipo de comportamiento, podremos tomar acciones para cambiar el paradigma bajo el cual nos desenvolvemos. Es decir, no borraremos el patriarcado como si nunca hubiese existido, sino que aprenderemos del grave error cometido y pondremos, como sociedad, todos los esfuerzos necesarios para cambiar la forma de pensar y actuar.


Bibliografía:

Ibernagaray, J. (2012). Entre el discurso y la práctica: Dilemas de Despatriarcalización en el Proceso de Cambio. Mujeres en diálogo: Avanzando hacia la despatriarcalización en Bolivia. Carmen Sánchez Comp. La Paz, Bolivia: Coordinadora de la Mujer. Editorial Presencia.

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